Nuestro objetivo era claro: capturar la belleza natural del enclave, la arquitectura del hotel y el estilo de vida mediterráneo para trasladarlo todo a un universo visual cálido y aspiracional.
Comenzamos con un análisis profundo del estado digital de Son Bunyola. Hasta ese momento, la comunicación carecía de una narrativa definida y sus imágenes no reflejaba el nivel de exclusividad ni la identidad del lugar.
Redefinimos su estrategia digital desde la raíz: tono, estilo, frecuencia, formatos, pilares de contenido y objetivos. Apostamos por una estética más sofisticada, elegante y sensorial; imágenes que invitan a detenerse, colores que evocan la Tramuntana y vídeos que capturan la experiencia de alojarse en un hotel donde naturaleza e historia dialogan en armonía.